Es fácil enseñar a los niños ricos a manifestarse contra el aborto. Al fin y al cabo no les afecta directamente, se trata de imponer leyes a mujeres desgraciadas que se ven obligadas a abortar porque la vida no las ha tratado tan bien como a estos niñitos vendedores de fetitos de goma. No va directamente con ellos, ni con sus acomodadas familias. Si un día necesitaran abortar siempre podrán comprar una asistencia discreta y clandestina en excelentes condiciones higiénicas. Lo difícil es inculcar a determinados niños de determinadas familias que jamás han conocido la necesidad, que hay que manifestarse contra las causas que hacen que nuestra sociedad sea tan injusta que haya mujeres que se vean obligadas a tomar una durísima decisión como es acabar con una vida. Estoy totalmente en contra del aborto, pero estoy mucho más en contra de la forma de enfocar el problema de algunos, que entienden que el problema se soluciona con leyes para castigar a las madres que decidan abortar y a sus col...