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PRENAVIDAD

Hubo un tiempo en que felicitar las Navidades consistía en dejar una botella de vino al pie de la tarima del guardia urbano o una propina al cartero o tomar una copa de anís y un mantecado con el portero. Se quedaba con la familia y amigos para hacer borrachuelos y se besuqueaba a los niños con cariño. Se charlaba , se compartían sentimientos, anhelos, abrazos.
Pero aquello ocupaba mucho tiempo y
el tiempo había que dedicarlo a trabajar más para ganar más dinero. Tiempos del pluriempleo. Tiempos de trabajo por la mañana y academia por la noche , para mejorar de puesto de trabajo. Tiempo de ilusión por una lavadora a plazos o una tele en blanco y negro con UHF. Quitamos tiempo a la familia y a los amigos . Pero entonces se inventaron las tarjetas de felicitación. Había tardes enteras dedicadas a rellenar , una a una , las tarjetas, se reunía a la familia nuclear por que teníamos que firmar todos. Nos acordábamos de los primos, lo tios, los que habían emigrado...
Pero aquello ocupaba tiempo, demasiado tiempo. Entonces surgió el teléfono. Como ganabamos más podíamos llamar por teléfono. En el tiempo que nos dejaba libre la lavadora que hacía la colada en lugar de lavar a mano. Pero en realidad, ese tiempo ya lo teníamos ocupado. Y el teléfono era caro. Así que un ''felices pascuas, te dejo que tengo que sacar la ropa de la lavadora y tenderla. Ya nos veremos.'' Habíamos cumplido.
Se trataba al fin y al cabo de cumplir.
Pero cumplir era un poco coñazo, sobre todo teniendo en cuenta que tu sabías que el ''otro'' tambien lo hacía por cumplir.
Entonces surgío la telefonía movil. Un SMS. ¡¡un sólo sms! y lo enviabas como ''masivo'' a todos tus contactos. y además no tenías ni que escribir el texto. Reenviabas una gracioso de los que te llegaban a ti y punto. Siempre con papanoélico ''jojojo'' final. ¡Que risas!.
Pero ¡y lo que se lleva telefónica por cada mensajito de los cojones! ¡Y el tiempo que se lleva manipular esos minúsculos teclados donde en cada tecla hay 4 letras y un número. ¡Que coñazo!.
Pero entonces estaban los Email, que eran gratis.
Y ahora están las redes sociales. Un tuit y a tomar por culo.
Y vino la crisis. Me fui al paro. Tuve que prescindir de muchas cosas.
Ahora tengo tiempo, mucho tiempo, todo el tiempo. Pero no puedo quedar con nadie, porque están muy ocupados con sus cosas. Tiene que tener al día sus blogs, tienen que trabajar mucho, no vaya a ser que les echen también y no puedan regalar a sus hijos el IPAD por Papá Noél. Y la familia ya no tiene costumbre de reunirse. Y yo no tengo dinero.Ni siquiera para pagarme la linea ADSL.
Estoy sólo en la ciberputacalle.

Comentarios

  1. Si te doy toda la razón, yo soy de esos tiempos que tu comentas aquí: los de la lavadora a plazos, los de las teles en blanco y negro, y como no!! También enviaba mis bonitas tarjetas de Navidad a mi familia lejana!!
    Tiempos pasados donde el eje central de la Navidad, era el nacimiento del "Niño Jesús" como yo le llamaba, el reencuentro familiar, los Reyes Magos que venían cargados de ilusiones y regalos para los niños que habían sido buenos y tantas y tantas buenas cosas y costumbres.
    Todo cambió y en poco tiempo.
    Me quedo con tu ultima frase "Estoy sólo en la ciberputacalle"
    Ojala en estas Navidades nadie tenga que decir esto!!!

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