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¿Así que los que estamos mucho tiempo conectado a las redes no leemos eh? ¿Vaya, pues que estás haciendo ahora si no leer ésto?



Leer está muy bien, no lo pongo en duda.  Lo que si pongo en duda es la supuesta superioridad cultural de aquellos que leen novelas sobre los que no lo hacen.
Porque leer no es leer novelas, por muchas y muy buenas que sean. No te creas tan superior.
La última moda entre los lectores compulsivos es atacar a los usuarios de las redes sociales.
Sin embargo en las redes sociales lo que se hace mayormente es leer: leer artículos de prensa que te recomiendan, ensayos sobre temas de actualidad o científicos o culturales , blog de personas con influencia mediática o no.
 O ver fotos, que es otra forma de cultura. O  ver videos de películas. El cine es cultura.
Oir música también es cultura. Y Todo esto lo facilitan, y mucho, las denostadas redes.
Es más , ver una obra de teatro es culturalmente más enriquecedor que leerla, porque además de del texto, disfrutas de la interpretación de los actores, la puesta en escena, la dirección…
Y en el caso del cine además, de la tecnología, las bandas sonoras o los efectos especiales.
Y te dan la posibilidad de debatir.
Debatir no sólo es cultura, si no que  es bueno para la salud mental. Me decía ayer una buena amiga que la relación entre un libro y una persona es unidireccional, mientras que en las redes  es como mínimo bidireccional: te dan la oportunidad  de expresarte a ti inmediatamente sobre lo que acabas de leer. Incluso sobre una novela.
Las redes sociales además han  potenciado, cuando no creado, estilos literarios “sui géneris” como los microrrelatos o los blogs.
Ponen al alcance de a la gente la poesía, no sólo la lectura de la poesía , si no compartir la poesía, crear poesía aunque sólo sea para ti y tu pequeño núcleo de ciberamigos.
En definitiva,  todos aquellos que denóstan a las redes sociales porque sólo ven en ellas lo negativo, decirles que estas son un instrumento y que el uso que se le de es lo que  lo convierte en beneficioso o malicioso.
También una novela puede incitar al odio, a la xenofobia, a la homofobia, al asesinato  o por el contrario al amor y a los bellos gestos.
Así que con todos mis respetos, dejen en paz a los cibernautas y procuren no tirarse a la cabeza sus libros unos a otros.

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