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EL FACHILLA


El fachilla no ha trabajao en su vida y no tiene ni el graduado escolar.
Vive de la paga de su madre y de cuatro chapús que suelen rozar la ilegalidad, porque es cobarde hasta para robar.
El fachilla piensa que los inmigrantes le quitan el trabajo, pero rechaza todos los trabajos que le ofrecen porque no están a su altura.
Jamás cuidaría a un anciano o soportaría los rigores de un invernadero, eso es de pringaos.
El fachilla rie las gracias a los grandes fachas con dinero que lo invitan a una caña de Cruzcampo mientras ellos beben Alhambra.
El trabajo que aceptaría el fachilla sería de guarda de obra, siempre y cuando le paguen en negro y le den una gorra.
El fachilla compra ropa militar en el rastro y lleva una gorrilla de España con más mierda que la bombilla de una cuadra.
Y le gusta saludar como los militares aunque no hizo la mili por hijo de viuda. Eso sí, defiende a muerte que debería volver la mili obligatoria.
El fachilla es impotente, pero presume de hombría que nunca ha podido demostrar.
Al fachilla le faltan dos hervores.
En Semana Santa pulula entre las cofradías de militares con un traje azúl prestado y una medalla de latón de ígnota hermandad.
El fachilla cree que los problemas se rreglan con violencia, golpes de Estado y ejecuciones , por si queda algún cargo de Gobernador civil para él, que vale mucho.
El fachilla se queja de no poder piropear a las mujeres como en tiempo del glorioso alzamiento nacional y de que puedan votar y abrir una cartilla en el banco.
El fachilla cree que deberían meter en la cárcel a todo el que se vista de mujer en el Carnaval. Aunque de vez en cuando los fachones le paguen un polvo con un travesti.
El fachilla piensa que tiene derecho a una paga y que los enfermos y jubilados le restan presupuesto al Estado y por eso no se la dan.
El fachilla presume de que una vez fue a Madrid y paró en Casa Pepe , convidao, naturalmente.
El fachilla , si hubiera una guerra, se pediría un puesto en retaguardia donde maltratar a rojos, maricones y putas. A cambio de un estanco o un quiosquillo en posguerra.
El fachilla con dos copas de más no canta el Asturias patria querida, sino el Cara al Sol.
El fachilla no quiere que exhumen a Franco, porque después irá Jose Antonio.

El fachilla existe y es carne de cañón par los fachones.

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