Algunos afirman categóricamente ( pontifican, como diría una
buena amiga mía) que en las redes sociales los amigos deberían como mínimo
entrecomillarse “amigos”, cuando no
cambiar el nombre a otros menos cualificados como “contactos”.
Y sin dejar de reconocer que eso puede ser verdad en algunos
casos ( evidentemente yo no soy amigo de
“Ferretería el Clavo “ ) lo
cierto es que a pesar de ese tajante
desprecio hay relaciones
que surgen, se afianzan o se retoman gracias a las redes sociales .
Y como a toda acción corresponde una reacción también puede
surgir la enemistad, el enfrentamiento, la separación.
Como una vez comenté en un post “ Hay tipos que conocieron a
su mujer en una discoteca y sin embargo denostan a las parejas que se han
conocido en las redes”.
Pongámonos la mano en el pecho y analicemos
el devenir histórico de nuestras relaciones con los demás.
La primera
evidentemente es con nuestros padres. Que son nuestros padres, no
nuestros amigos. Otro roll, a pesar del “colegueo” con que algunos lo tratan.
Igual pasa con los hermanos y los demás familiares. Son otra cosa, que sí, que conlleva una “cuota
parte” de amistad, pero son otra categoría.
Después vienen las instituciones socializantes, básicamente
el colegio y el vecindario. Ambos ámbitos nos permiten acceder a su vez a la
relación con familiares , vecinos y compañeros de colegio de otros.
Y ahí se inicia una espiral o pirámide ( como queráis) que nos lleva a nuestro ´círculo de amistades
adolescentes’.
El trabajo o la Universidad son el siguiente paso, y el
círculo se amplía.
Las tecnologías de la comunicación avanzan vertiginosamente
y frente a la época de mediados del siglo pasado en adelante, donde lo hicieron
de una forma unidireccional ( radio, televisión, prensa), a finales del XX y
principios del XXI irrumpen en la sociedad medios de relacionarse con los
demás , que te permiten iniciar una
relación epistolar inmediata con un completo desconocidou opinar de cualquier cuestión de actualidad bidireccionalmente.
Emails, sms y chats
son rápidamente superados por Facebook, Twitter o WhatsApp.
Las preguntas son ¿ se pueden
establecer relaciones afectivas mediante estos medios? ¿ Son reales o
ficticias? ¿ sustituyen , suplementan o complementan a las relaciones en
persona?
Yo soy muy favorable, mi experiencia en general ha sido y
está siendo muy positiva y en todo caso no son los medios , sino las personas
que hacen uso de ellos los responsables del resultado final.
Pero ésta vez no voy a extenderme en mis propias vivencias.
Me gustaría conocer las vuestras, las de
mis amigos, faceamigos, conocidos, contactos o cómo os sintáis.
Una vez más a “Lasa el provocador”, como me llaman
algunos.
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