Miles de “memes” y comentarios jocosos en redes sociales ha generado la publicación de un estudio de la OMS sobre la
carne procesada y roja.
El trabajo ha analizado más de 800 estudios científicos
sobre la asociación entre el consumo de estos alimentos y 12 tipos de cáncer en
varios países, y lo firma 22 un equipo de científicos de 10 países de la Agencia
Internacional para la investigación del Cáncer.
El tema no es baladí, afecta a la salud de la población
mundial. Y sin embargo ha generado dos cosas : Hilaridad y temor.
Días antes, éste otro titular pasaba sin pena ni gloria, pero no
ha generado absolutamente ningún “meme” : Científicos de la Universidad de
Granada patentan un nuevo fármaco eficaz
frente al cáncer de mama, colon y melanoma. Un mes después de que saltara la
alarma por falta de financiación, el trabajo de más de dos décadas de
investigación de un equipo de científicos de la Universidad de Granada para
combatir el cáncer da un paso importante tras lograr la patente del fármaco en
el que trabajaban.
Se pueden extraer muchas conclusiones de esto que planteo.
Seguramente gente más preparada que yo, tú mismo amigo lector , cualquiera con
inquietudes científicas y sociales seréis
capaces de reflexionar sobre el
asunto en otros términos.
A mí, que he hecho varios chistes al respecto, seria y sinceramente me descorazona el divorcio entre una institución del calado
de la OMS y la ciudadanía.
Parece ser que ellos están en su nube, alejados de lo que
realmente preocupa al pueblo, como algunos políticos ( en realidad ellos son
políticos), probablemente más preocupados de engordar sus curriculums con sus
publicaciones que por solucionar problemas reales.
Universidades hipertrofiadas de investigaciones
baladíes porque sus directivos tienen “mano”
en el ministerio y otras que no pueden financiar proyectos de verdadero calado.
Organismos nacionales e internacionales de escasa utilidad
salvo para que sus miembros puedan llevarse un extra que palíe el escaso sueldo
de profesor universitario.
Consejos sociales muertos
o dominados por la parte interesada en lugar de por la parte
controladora.
Y si nos vamos a la investigación privada , la no
universitaria, la que maneja la industria farmacéutica, entonces…sólo recordar
la crisis de los fármacos antihepatitis C. Tan cercana en el tiempo que no hace
falta incidir más.
Si a todo esto unimos que cuando más periodistas hay en el
mundo y más formados están , peor parece la forma de dar las noticias, el
resultado es el que es.
Nos advierten de un peligro cierto, y lejos de ponernos
manos a la obra de la prevención, nos lo tomamos a “cachondeo”.
Y lo hacemos así porque estamos hartos de falsas alarmas mal
explicadas y mal informadas: La crisis de los pepinos, las vacas locas, la
gripe del pollo…lobos que iban a venir y no vinieron.
Nos acordamos de cuando el aceite de oliva y el pescado azúl eran malísimos para la salud.
Estamos hartos de que se nos asuste con screenings
que nos meten en el lote de potencialmente afectos de graves
enfermedades pero sin darnos una solución
cierta si enfermamos o de cómo prevenirlas
Estamos hartos de que se nos estigmatice a los gordos, a los fumadores, a los
sedentarios, a los comedores de chacinas…y no se nos den las herramientas
certeras, asequibles y baratas para adelgazar, dejar de fumar o vivir en
ciudades menos polucionadas.
Estamos hartos de que no solucionéis nuestros problemas
reales y en su lugar os paséis la vida acojonándonos.
No tenemos fe en instituciones que son incapaces de
erradicar del mundo el hambre, las enfermedades transmisibles del tercer mundo,
la desnutrición infantil, la pobreza.
No nos creemos nada de organismos internacionales que no son
capaces de evitar las guerras, que es para lo que fueron creados.
El que esto escribe y la mayoría de los que lo leen no pasamos
el hambre de la posguerra, pero se la hemos oído a nuestros padres y abuelos.
La carne era un lujo para ricos. Y no hace tanto tiempo, se comía pollo sólo
los domingos y era una fiesta…
Señores de la OMS y la ONU, dejen de acojonarnos y dennos soluciones.
Así les tomaremos en serio. Mientras tanto métanse los pepinos con E. Coli por
donde amargan , que yo seguiré con mi jamón de los Pedroches, mi retinta de
Cádiz y naturalmente mi pescaito de
Málaga, mi marisco de Huelva y mis
pimientos, pepinos y tomates de Almería,
mis espárragos de Huétor Y mi aceite de Jaén.
¡Pero hombres de Dios! ¡Si aquí en Andalucía no necesitamos
que venga nadie a decirnos como tenemos que comer!
¡Lo que necesitamos es que quiten el hambre en el mundo!
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