“Las lágrimas de San Lorenzo brillarán más este mes de Agosto” Decía el titular de SUR. -¡Bah! ¡Tonterías! ¿Cómo puede haber gente que se quede toda la noche en vela para ver un fenómeno astronómico tan simple? Perseidas, lágrimas, deseos …¡Supersticiones mitológicas que pasan de civilización a civilización! El calor lo tenía agotado y se acostó pronto. Sin embargo, el Poniente, que por la tarde había traído un Terral infernal, se tornó fresco y entró por la ventana despertándole. Desvelado, se quedó mirando al cielo. -Seguro que los cursis que están observando las estrellas no saben que la más brillante no es un astro, sino los paneles solares de la estación espacial. Cuando llevaba un buen rato, una estrella fugaz cruzó entre la Osa mayor y el satélite artificial. Pidió un deseo. Se sorprendió de sí mismo. Y esperó el amanecer.