Crean debates estériles y artificiales mientras amasan fortunas. Los codiciosos, cuyo único dios es el dinero y el poder , no entienden de medios, de éticas, de sentimientos. En su afán pisan al ''enemigo'' y crean ejércitos de políticos mercenarios mucho mejor armados que cualquier guerrilla popular.
Usan el soborno si es necesario con aquellos que puedan liderar un grupo que les sea hostil. Manejan el estado de opinión y dividen a los ciudadanos: hacen creer a las clases medias que los trabajadores son sus enemigos usándolos para engrosar falazmente sus filas.
Dividen para vencer y enfrentan a hombres contra mujeres. A dioses contra dioses religiones contra religiones, razas contra razas.
Y su último objetivo es enfrentar a ‘’juniors’’ contra ‘’seniors’’. A generaciones contra generaciones. A padres contra hijos si fuera necesario.
En tiempos de miseria las leyes potencian la cultura del ‘’sálvese quien pueda’’. Un junior no dudará en hacer todo lo posible por sustituir a un senior , aunque sea por un salario menor y unas condiciones de trabajo peores. El senior renunciará a su estatus con tal de mantener su roll.
Y el codicioso obtendrá beneficio. Al fin y al cabo es lo único que le importa.
Nos ponen como ejemplos las ‘’economías emergentes’’. Quieren que trabajemos dieciséis horas al día por un cuenco de arroz y además nos paguemos el médico el colegio de los niños y un plan de pensiones.
Y sólo tenemos un arma: somos más, muchos más. Sólo nos falta unidad.
Y el filósofo del siglo XXI que nos aglutine
Comentarios
Publicar un comentario